Top 10 errores más comunes en un currículum y cómo solucionarlos: guía 2025

Buscar trabajo en 2025 no se parece en nada a como lo hacíamos hace una década. La digitalización, la inteligencia artificial y unas expectativas completamente nuevas (tanto por parte de las empresas como de quienes buscan empleo) han cambiado las reglas del juego.

Ahora no basta con tener experiencia o estudios: hay que saber mostrarlos en entornos digitales, entender cómo funciona el software que filtra candidaturas (ATS), y adaptarse a unas dinámicas laborales que premian la agilidad, el aprendizaje constante y la marca personal. La IA ha acelerado los procesos de selección, pero también ha elevado el nivel de lo que se espera en cada currículum. Hoy compites con candidatos globales y muchas veces sin hablar con una persona hasta fases muy avanzadas.

Y sin embargo, el currículum sigue siendo el primer filtro en la gran mayoría de procesos.

Puede parecer contradictorio, pero en un mercado donde el 75% de las empresas españolas declara tener dificultades para encontrar talento, la competencia es más feroz que nunca. Las ofertas de empleo se llenan de candidaturas en cuestión de horas. Pero las empresas ya no buscan títulos, sino habilidades prácticas, aprendizaje continuo y actitud. Y la mayoría de currículums no consigue demostrar nada de eso.

En este artículo encontrarás:

• Los 10 errores más comunes en un currículum en 2025.
  1. Datos de contacto poco profesionales o mal escritos.
  2. Incluir un resumen profesional genérico.
  3. Describir tus responsabilidades sin mostrar impacto.
  4. Incluir información irrelevante en el currículum.
  5. No incluir proyectos personales o voluntariados relevantes.
  6. Hacer un CV demasiado largo.
  7. Elegir una plantilla difícil de escanear por ATS y personas.
  8. Escribir en tercera persona.
  9. Errores de ortografía.
  10. No adaptar tu currículum a la oferta o empresa.
• Ejemplos reales y soluciones prácticas para cada uno, aplicables en cualquier sector.
• Una tabla resumen con los errores, su impacto y la mejor forma de solucionarlos.

Porque un buen currículum no nace de seguir plantillas, sino de entender bien las reglas del juego.

Error 1: Datos de contacto poco profesionales o mal escritos

Imagina que un reclutador quiere llamarte para una entrevista y el número de teléfono que has puesto no es el tuyo. O que tu dirección de correo es tan poco profesional que ni se molestan en escribirte.

rockstar_88@outlook.com

Aunque parezca un detalle menor, el 58 % de los reclutadores descarta candidatos por errores o aspectos poco serios en la información de contacto (CareerBuilder). Este es uno de los errores más básicos, pero también uno de los más letales. Y ocurre más de lo que parece.

Si fallas ahí, el mensaje que das es simple: no prestas atención a los detalles más básicos.

Antes de enviar tu currículum, revisa bien tu información personal:

• Usa un email profesional y neutro, basado en tu nombre real. Evita apodos, números aleatorios o referencias personales.
• Incluye tu número de teléfono completo y con prefijo internacional si estás aplicando fuera de tu país (+34, +1, etc.).
• Asegúrate de que todos los datos estén actualizados y bien escritos.
• Si usas, añade el enlace a tu perfil de LinkedIn (ej. linkedin.com/in/nombre-apellido). Un consejo aquí es personalizar la URL para que no salga la genérica llena de números, lo cual puedes hacer desde la configuración de perfil en tu LinkedIn.

Error 2: Incluir un resumen profesional genérico

“Busco un puesto desafiante en una empresa donde pueda crecer profesionalmente.”

¿Te suena? A los reclutadores también. Demasiado.

Un resumen como este no dice nada concreto. Podría estar en el currículum de cualquier persona, para cualquier puesto, en cualquier sector. Y si algo no puedes permitirte en tu CV, es parecer intercambiable.

El resumen profesional es uno de los primeros elementos que se leen. Es tu oportunidad de oro para decir: “Este soy yo, esto es lo que aporto, y esto es lo que puedes esperar si me contratas”. Cuando usas frases vacías, no solo desperdicias ese espacio: transmites falta de intención, de enfoque y de esfuerzo.

Un buen resumen profesional no se trata de decir que estás motivado o que te gusta trabajar en equipo. Responde directamente a estas tres preguntas:

• Quién eres y qué sabes hacer (experiencia, especialización).
• Qué impacto has generado o puedes generar.
• Cómo encajas con lo que la empresa busca (usa su lenguaje y palabras clave de la oferta).

Error 3: Describir tus responsabilidades sin mostrar impacto

“Responsable de redes sociales.”

“Encargado de atención al cliente.”

Estas frases le hacen muy poca justicia a tu verdadera experiencia laboral, al valor que aportaste en una empresa. No explican qué hiciste, cómo lo hiciste ni qué resultados lograste.

Antes, una empresa contrataba por funciones, pero hoy en día contratan por impacto. Buscan entender si eres capaz de conseguir los resultados que necesitan, ya sea porque los has conseguido en otro sitio o porque transmites ese potencial.

Un estudio de LinkedIn mostró que los currículums con logros cuantificables tienen un 40 % más de probabilidades de recibir una llamada.

Convierte tareas en logros. Empieza con un verbo de acción, añade el qué hiciste, luego cuánto o con qué resultado, y cierra con el contexto o la mejora que supuso.

Ejemplo:

“Implementé sistema de seguimiento de leads que redujo el tiempo de respuesta en un 45 % y duplicó la tasa de conversión en tres meses.”

Y si no tienes cifras, no pasa nada. Puedes usar indicadores cualitativos:

“Contribuí a mejorar la experiencia de onboarding reduciendo las incidencias más frecuentes del equipo.”

Reescribir tus experiencias con enfoque de impacto es una forma de reposicionar tu carrera profesional. Habla como alguien que entiende lo que valora una empresa. Eso cambia todo.

Error 4: Incluir información irrelevante en el currículum

Si en 2009 trabajaste como camarero pero hoy postulas a un puesto de analista de datos, esa experiencia ya no aporta, solo ocupa espacio. Y sin embargo, llenar el currículum con todo lo que uno ha hecho es uno de los errores más frecuentes.

Hay una parte emocional aquí: sentimos que cada experiencia nos ha costado, nos ha formado, nos ha definido; quitarla parece como si negáramos ese esfuerzo. Pero un buen currículum no es un homenaje a tu pasado.

Cuanto más contenido irrelevante incluyas, más difícil se lo pondrás al reclutador para encontrar lo que le importa. Eso un lujo que no puedes permitirte, si tienen que “buscar” el valor, probablemente no lo hagan.

Así que con cada línea de tu CV, pregúntate: ¿Esto me acerca a la entrevista? ¿O solo ocupa espacio?

Error 5: No incluir proyectos personales o voluntariados relevantes

No trates a tu CV como un reflejo de tus empleos remunerados, piensa más bien en una declaración de quién eres como profesional. En un mercado donde la iniciativa, la pasión por aprender y el compromiso social pesan más que nunca, omitir proyectos o experiencias de voluntariado relevantes es un error estratégico (sobre todo si no tienes experiencia).

Iniciar un blog, aprender a programar por tu cuenta o coordinar un evento solidario son ejemplos que demuestran proactividad, curiosidad y habilidades. Demuestran que haces cosas por convicción, no solo por obligación. Que tienes intereses propios, que aprendes por tu cuenta, que te implicas. Estos proyectos pueden ser lo que haga que un perfil sin experiencia formal destaque frente al resto.

Así que, si los tienes, añade una sección específica llamada “Proyectos personales” o “Iniciativas relevantes” y aplica el mismo criterio que en la experiencia profesional: logros, cifras, herramientas, impacto.

Error 6: Hacer un CV demasiado largo

Hay una línea muy fina entre mostrar experiencia y abrumar. Muchos candidatos caen en la trampa de creer que más es mejor, y acaban haciendo un currículum demasiado largo: tres, cuatro o incluso cinco páginas donde todo aparece detallado, aunque no sea relevante. Esto pasa especialmente si usas plantillas genéricas como el CV Europass, que tienden a inflar artificialmente el contenido con bloques de texto innecesarios.

Un currículum no debería contar toda tu vida laboral, sino solamente la parte de tu historia que mejor explica por qué estás preparado para este nuevo reto. Es una demostración de criterio. De entender lo que el mercado busca. Hazte estas preguntas con cada línea de tu CV:

• ¿Este trabajo aporta algo a este puesto específico?
• ¿Esta formación sigue siendo relevante o ya está desactualizada?
• ¿Incluyo esto por valor real o por miedo a parecer que tengo poco?

Error 7: Elegir una plantilla difícil de escanear por ATS y personas

La tentación de elegir una plantilla impactante, con colores vivos, barras de habilidades, iconos creativos y tipografías decorativas es comprensible: quieres que quien lo reciba piense “qué currículum más bonito”. Pero en los procesos de selección, ese “bonito” puede convertirse rápidamente en “ilegible”.

El problema viene cuando el diseño no está pensado para quienes lo van a leer ni para los sistemas que los analizan. La mayoría de las empresas utilizan hoy software de reclutamiento conocido como ATS (Applicant Tracking System). Estos sistemas escanean el contenido de los currículums para clasificar candidatos de forma automatizada. Y estos sistemas no “ven” lo que tú ves. No leen los iconos, se confunden con las columnas, y muchas veces no detectan correctamente ni tu experiencia ni tus habilidades.

Pero es que incluso si tu currículum pasa el ATS, un diseño recargado sigue jugando en tu contra. Piensa en la experiencia de quien lo recibe: alguien con poco tiempo, leyendo cientos de perfiles, que necesita ubicar en segundos lo más importante. Una estructura confusa, una fuente difícil de leer o bloques sin suficiente espacio en blanco hacen que tu CV agote al lector antes de empezar.

Pero todo esto no significa que tu currículum tenga que ser plano o aburrido. Se puede ser elegante sin complicar. Se puede destacar con claridad. Un uso estratégico del espacio, del color, una buena elección de tipografía (mejores tipografías para CV) y una jerarquía bien definida pueden transmitir profesionalidad, madurez y buen gusto, sin perder eficacia.

Error 8: Escribir en tercera persona

“Juan es un profesional orientado a resultados con más de 10 años de experiencia liderando equipos…”

Muchas personas piensan que escribir en tercera persona suena más profesional o serio, pero cuando los reclutadores se encuentran con frases en tercera persona, el tono se vuelve frío, impersonal, casi institucional. Justo lo contrario de lo que debería transmitir un buen CV: claridad, conexión y autenticidad.

Error 9: Errores de ortografía

Has trabajado horas haciéndote un buen CV. Has elegido bien las palabras, adaptado la experiencia al puesto, añadido logros medibles, pero se te ha colado un “coordiné un equipo de marekting de 4 personas…”.

Según CareerBuilder, el 59 % de los reclutadores descartan directamente CVs con faltas de ortografía. Y no es porque sean unos tiquismiquis, sino porque lo perciben como falta de atención al detalle y poca calidad.

Cuando un reclutador tiene cientos de currículums sobre la mesa, busca señales de calidad. Y en profesiones donde la comunicación escrita es clave (como marketing, administración, legal, ventas o atención al cliente), un error ortográfico es directamente una alerta roja.

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Error 10: No adaptar tu currículum a la oferta o empresa

Has preparado tu currículum, lo has revisado, te ha quedado bien. Así que empiezas a enviarlo a todas las ofertas que encajan más o menos con tu perfil. Una fintech. Una startup de movilidad. Un banco internacional. Un SaaS de formación. Lanzas el mismo mensaje a todas las empresas, como si todas buscaran lo mismo, y como si tú encajaras igual en todas.

Para el reclutador, recibir un CV genérico significa varias cosas: que no has investigado la empresa, que no tienes claro qué busca ese puesto en particular, o incluso que no estás especialmente interesado. No te descalifica de inmediato, pero te hace perder fuerza frente a quienes sí se han tomado el tiempo de adaptar su narrativa en consecuencia.

Personalizar no significa rehacer el CV desde cero cada vez. Significa resaltar lo más relevante para esta oferta. Si te enfocas en calidad (en vez de volumen), verás que adaptar el currículum es más fácil de lo que parece:

• Cambia el resumen profesional para incluir las 2–3 habilidades clave que aparecen en la oferta o logros relevantes.
• Ajusta el orden de tus logros para que el más relevante esté al principio de cada experiencia.
• Usa las mismas palabras clave que el anuncio: si hablan de “gestión de stakeholders”, úsalo tú también.
• Elimina información que no aporte en esta candidatura específica.

Tabla resumen: los 10 errores más comunes en un CV en 2025

Bonus: si tu currículum y tu LinkedIn no dicen lo mismo, tienes un problema de marca personal

Si tu currículum no está alineado con tu perfil de LinkedIn, tu carta de presentación o con tu presencia digital general, puede generar confusión y desconfianza.

Los reclutadores se fijan mucho en la coherencia entre todos los puntos de contacto contigo como profesional. Una narrativa profesional bien construida transmite tres cosas clave:

• Coherencia (todo encaja).
• Autenticidad (eres tú, no un cliché).
• Evolución (se ve crecimiento).

Cuando todo tu ecosistema profesional comunica lo mismo, con claridad y propósito, refuerzas tu candidatura y generas confianza. Y la confianza consigue entrevistas.

Evitar estos errores es fácil con CandyCV

Hacer tu currículum con CandyCV significa que, además de descargártelo en PDF, puedes compartirlo por enlace. Así, si detectas un error después de enviarlo, lo corriges y se actualiza al instante. Sin reenviar archivos y hacer evidente el fallo.

Quien vea tu CV siempre accede a la versión más actualizada, incluso después de haberlo enviado.